Un lugar de literatura
Un espacio de literatura, historia, filosofía, cultura y arte en general.
jueves, 12 de abril de 2018
Cara a cara
Despierto con el castañeteo de
mis dientes. Abro los ojos y me arropo con la frazada, aun cuando un tibio sol entra
por la ventana de mi dormitorio. Es una mañana fría, cómo tantas que este año
hemos sufrido por un invierno que golpea con fuerza el centro del país.Siempre
he necesitado de algunos minutos para despertar y me estiro en la cama
procurando no molestar a mi mujer que todavía duerme sin siquiera mover una
pestaña. La observo al tiempo que me pregunto cómo logra conciliar un sueño tan
profundo con esa facilidad.Doy
vuelta mi cabeza y recuerdo que es Domingo. Sonrío al darme cuenta de que no
tengo que ir a trabajar. Sin embargo, nunca me ha gustado quedarme mucho en
cama y me levanto a pesar de este gélido aire matutino que cala hasta los
huesos.Me dirijo a la cocina y lleno
con agua la tetera para prepararme un café negro.La
dejo hirviendo mientras vuelvo al dormitorio y me abrigo con la única bata que
tengo. Mi mujer ronca a pata suelta. Si la despierto me mata
y, por eso, decido salir al patio a recoger el diario antes de que me dé un
ataque de risa.
martes, 27 de marzo de 2018
Una Educación para el siglo XXI

lunes, 12 de marzo de 2018
Las Humanidades
Ya describí cómo el mundo del siglo XXI perdió la brújula insistiendo en desarrollar una sociedad desprovista de valores que "humanicen" la existencia y dije que la educación de hoy centra su acción en fabricar especialistas sin una visión global de lo que es el Hombre y su lugar en el Universo. No soy el único que tiene esta opinión y ya numerosos pensadores estiman que ahora, y como nunca antes, la humanidad está en peligro de asfixiarse intelectualmente y con riesgo de perder los valores que la han distinguido de las demás criaturas del planeta. La vida se "deshumaniza" con rapidez y ni siquiera nos damos cuenta. Por lo anterior, me di a la tarea de investigar un poco más acerca de aquellas ramas del conocimiento que denominamos genéricamente: "Humanidades". Me llevé una sorpresa al constatar que esta especialidad no dice relación con las Ciencias Sociales (es más, en mi opinión las contiene), si no más bien, se aboca al estudio de todas aquellas obras originadas en el ingenio humano en cuanto este es un ser racional y libre. Primero descubrí que hoy las Humanidades pierden importancia ante la Técnica y las Ciencias que tienen por finalidad dominar a la Naturaleza. Pero, no obstante lo anterior, aún existen aquellos que abogan por devolverles el rol formador que tuvieron en el pasado. No puede haber desarrollo sustentable sin especialistas que comprendan a cabalidad las ideas y valores que han hecho del Hombre y su cultura lo que es. Debe haber un entendimiento claro del origen y desarrollo de la Civilización, así como una lectura cuidadosa de los clásicos y comprensión total de las ideas más significativas de la filosofía. Las Humanidades son aquellas disciplinas encaminadas a la formación del hombre en cuanto ser racional, libre y capaz de decidir. Tradicionalmente estas han sido la Historia, Literatura, Arte, Filosofía y Religión. La Historia narra e interpreta los hechos del pasado y de los cuales el hombre es autor y actor. Pueden ser sucesos políticos, sociales, económicos, religiosos o artísticos y no hay que verlos aisladamente, si no, que en su contexto político y social que explique causas y efectos. Gracias a la Historia sabemos de dónde venimos, quiénes somos y tal vez también a dónde vamos. Entenderemos nuestra Civilización, es decir, el conjunto de instituciones e ideas bajo las cuales un grupo se organiza y desarrolla su cultura que, en términos simples, no es más que el producto de su trabajo cientìfico, técnico o artístico. La Literatura consiste en aquellos escritos que en principio tienen una finalidad artística, pero que sirven, además, para formarse una idea de lo que un individuo piensa y siente en un lugar y tiempo determinado. Es el análisis de las palabras y pensamientos expresados por escrito de hombres que fueron considerados maestros en su lengua, ya sean clásicas o modernas. Se entiende por Arte aquel proceso mediante el cual un individuo utiliza su ingenio, experiencia o intuición para crear objetos bellos en cualquiera de sus manifestaciones: escultura, pintura, arquitectura, música, cine, etc. El Arte es un elemento profundamente humanizador, pues penetra en los misterios recónditos del alma y nos deja un recuerdo fiel de lo que fueron distintos pueblos y civilizaciones. La Filosofía responde a las preguntas esenciales y trata de llegar a las primeras causas y principios en todas las cosas y fenómenos. Según Jaspers " La búsqueda de la verdad, y no la posesión de ella, es la esencia de la filosofía". Es el camino que nos permite razonar de forma correcta en atención a resolver los problemas del Universo. Su importancia radica en, que más que fijarnos en la trascendencia de las soluciones, debemos atender al planteamiento del problema y generar un método eficaz de razonamiento. Por último la Religión como sistema racional creado para responder y dar sentido a la inquietud última del Hombre: ¿Qué hay después de la muerte? Tiene un componente racional y otro sobrenatural que va más allá de la naturaleza humana. Su importancia, desde la perspectiva humanista, está en que ha servido de inspiración al arte y filosofía hasta hoy, así cómo, de nutriente espiritual para millones de personas. Su influencia es radical en el devenir histórico y cultural de países y naciones. En consecuencia, las Humanidades son disciplinas que forman al individuo en ideas y valores que le permiten decidir libre e informadamente acerca de su destino. Estudiarlas significa tomar conciencia de nuestros orígenes y darle dirección a un futuro que ponga énfasis en dejar al Hombre en el sitial que le corresponde. Saludos.
sábado, 10 de marzo de 2018
El Helenismo
En general, la historia dice que nuestra manera occidental de percibir el mundo es hija de la cultura greco-romana. También dice que Roma es hija de Grecia. Lo anterior suena cómo si Grecia y Roma fueran casi lo mismo, sin embargo es necesario dejar muy claro que esto no es así.
Griegos y romanos constituyeron civilizaciones que se desarrollaron en épocas, territorios y circunstancias diferentes. Tampoco hablaron el mismo idioma, es más, Grecia fue conquistada militarmente por Roma.
Así las cosas, la pregunta cae de cajón: ¿Qué tienen en común estos dos pueblos que hoy nos permitimos afirmar con seguridad que somos hijos de la cultura greco-romana? La respuesta está en el Helenismo.
Se podría definir al helenismo cómo un período histórico de transición entre el declive de la Grecia clásica y el ascenso del poder romano.
En efecto, las conquistas de Alejandro Magno tuvieron un impacto significativo en el modo y formas de vida en casi todo el mundo conocido. Las fronteras de la "Hélade" se extendieron y muchos griegos emigraron a Egipto y Oriente para colaborar en la administración de estos vastos territorios conquistados. Con ellos se llevaron sus costumbres y cultura.
Griegos y romanos constituyeron civilizaciones que se desarrollaron en épocas, territorios y circunstancias diferentes. Tampoco hablaron el mismo idioma, es más, Grecia fue conquistada militarmente por Roma.
Así las cosas, la pregunta cae de cajón: ¿Qué tienen en común estos dos pueblos que hoy nos permitimos afirmar con seguridad que somos hijos de la cultura greco-romana? La respuesta está en el Helenismo.
Se podría definir al helenismo cómo un período histórico de transición entre el declive de la Grecia clásica y el ascenso del poder romano.
En efecto, las conquistas de Alejandro Magno tuvieron un impacto significativo en el modo y formas de vida en casi todo el mundo conocido. Las fronteras de la "Hélade" se extendieron y muchos griegos emigraron a Egipto y Oriente para colaborar en la administración de estos vastos territorios conquistados. Con ellos se llevaron sus costumbres y cultura.
Luego de la muerte de Alejandro, sus sucesores fundaron tres grandes dinastías: la ptolemaica, seleúcida y antigónida. Sus gobernantes supieron conservar y alentar el espíritu griego tanto en las artes como en las ciencias. Tanto fue así, que las nuevas ciudades de Oriente adoptaron patrones griegos y en todas ellas vemos ágoras, teatros y gimnasios. El griego se convirtió en lengua franca, en el habla común de gentes diversas con independencia de su origen. Por otro lado, la producción cultural y científica de la élite intelectual de la época fue escrita en griego. La transmisión y conservación del conocimiento pasó de ser oral a escrita. Reemplazamos la palabra por el libro.
Las relaciones entre griegos y romanos comenzaron con la Magna Grecia, pues al sur de Italia existían comunidades griegas con un importante desarrollo cultural y artístico (sobre todo la ciudad de Siracusa en Sicilia). Su influencia se dejó sentir con fuerza sobre Roma ya cómo comunidad organizada en casi todos los campos. El lenguaje técnico del comercio, navegación, la ciencia y la mecánica era de origen griego. La arquitectura, la literatura y la religión romana, la vestimenta y hasta la gastronomía estaban fuertemente influenciadas por la cultura griega.
El término "griego" pierde relevancia puesto que sus elementos pasan a formar parte de una civilización superior que era necesario adoptar sin preocuparse de su origen o de quienes la introducen en territorio latino.
No fue hasta el siglo III ac que los romanos cruzaron el Adriático con propósitos militares y con la destrucción de Corinto en el 145 ac, Grecia sucumbe definitivamente al poder romano.
Gracias a la adopción romana de la cultura griega nace la civilización occidental y conservamos hasta hoy su esquema básico de formas e ideas. Roma conservó y valoró la cultura griega, incluso colaboró de manera activa en su propagación a pesar de tenerla bajo su dominio.
Grecia ha llegado hasta nosotros por Roma pues, con la creación del imperio, impuso una forma de vida con elementos de ambas culturas. Sin embargo, y bajo la dirección de las ideas griegas, supo dar forma a una civilización que tenía en el latín la lengua del poder y en el griego la de la cultura. Saludos.
Las relaciones entre griegos y romanos comenzaron con la Magna Grecia, pues al sur de Italia existían comunidades griegas con un importante desarrollo cultural y artístico (sobre todo la ciudad de Siracusa en Sicilia). Su influencia se dejó sentir con fuerza sobre Roma ya cómo comunidad organizada en casi todos los campos. El lenguaje técnico del comercio, navegación, la ciencia y la mecánica era de origen griego. La arquitectura, la literatura y la religión romana, la vestimenta y hasta la gastronomía estaban fuertemente influenciadas por la cultura griega.
El término "griego" pierde relevancia puesto que sus elementos pasan a formar parte de una civilización superior que era necesario adoptar sin preocuparse de su origen o de quienes la introducen en territorio latino.
No fue hasta el siglo III ac que los romanos cruzaron el Adriático con propósitos militares y con la destrucción de Corinto en el 145 ac, Grecia sucumbe definitivamente al poder romano.
Gracias a la adopción romana de la cultura griega nace la civilización occidental y conservamos hasta hoy su esquema básico de formas e ideas. Roma conservó y valoró la cultura griega, incluso colaboró de manera activa en su propagación a pesar de tenerla bajo su dominio.
Grecia ha llegado hasta nosotros por Roma pues, con la creación del imperio, impuso una forma de vida con elementos de ambas culturas. Sin embargo, y bajo la dirección de las ideas griegas, supo dar forma a una civilización que tenía en el latín la lengua del poder y en el griego la de la cultura. Saludos.
lunes, 4 de diciembre de 2017
¿Marketing o Democracia?
lunes, 2 de octubre de 2017
La Concentración de Poder
Intenté escoger con cuidado el tema de mi primer post del año. Analicé la mayoría de los hechos que impactaron a la opinión pública durante el 2011. De estos acontecimientos, sin duda, el que más llamó mi atención fue el movimiento de "Los Indignados". A mi juicio, este es un fenómeno de la mayor relevancia, pues implica las primeras manifestaciones de rebeldía contra los grandes conglomerados empresariales y, curiosamente, generadas por una clase media que tiende a homogeneizarse en todo el mundo. El "proletariado" de hoy no es la clase obrera o campesina de hace un siglo. Más bien, se compone de ciudadanos que, en su mayoría, viven de un trabajo técnico o profesional que les permite acceso a un mayor bienestar material. Pero, y a pesar de este progreso, las grandes compañías acumulan y acumulan utilidades a costa de este ciudadano común y provocan que la brecha entre este nuevo proletariado y los grandes capitales sea sideral. El problema se agrava aún más con la dependencia que mantiene a una clase política mediocre sometida a estas corporaciones. Nos encontramos con líderes que no están dispuestos a perder sus posiciones de privilegio y, para ello, requieren grandes sumas de dinero proporcionadas por estos conglomerados. Por tanto, a la hora de ejercer su mandato, la clase política se debe más a sus mecenas que al electorado. Las transnacionales ejercen un poder que ni siquiera es contrarrestado por la "Igualdad ante la Ley" que, se supone, debiera garantizar la Democracia moderna. Los ciudadanos están desamparados y sienten que el sistema político no los protege de los abusos cometidos por estos holdings. Por el contrario, ninguna decisión política se toma sin consulta previa a estos poderes, además, a la primera señal de peligro en cuanto se vaya a aprobar una norma contraria a sus intereses, se pone en marcha una maquinaria de lobby que tiene por objeto ejercer influencia en los que gobiernan. Influencia que el ciudadano común ni siquiera sueña ejercer. Por otro lado, se supone que la Economía Social de Mercado garantiza la Libre Competencia. Sin embargo, lo anterior hoy es discutible al estar las megaempresas controladas por pocas manos y haciendo estas lo posible para sacar del mercado al pequeño y mediano empresario. Las grandes revoluciones se producen porque los privilegios de la clase dominante ya no son tolerados ni justificados por el ciudadano común y eso es lo que sucede. Podría existir una gran semejanza entre las transnacionales y la nobleza francesa, así como también del ciudadano común con el pueblo que se levanta en armas y toma La Bastilla. Espero, eso sí, no vuelva la guillotina. En todo caso, estos son procesos complejos y largos en el tiempo. Pero, me come la curiosidad por conocer el desarrollo de los hechos. Quiero averiguar si este movimiento será, en definitiva, un pilar en el desarrollo cultural del hombre. Saludos.
lunes, 4 de septiembre de 2017
Lautaro
Es una sorpresa comprobar, tanto por comentarios y número de visitas, que uno de los posts con éxito en el blog es "La Raza Mapuche". Por lo anterior creo útil ilustrar más a mis lectores acerca de Los Mapuches y lo que representan. Me parece correcto, en primer lugar, hacerlo a través de su principal figura històrica: Lautaro. Este es un personaje no solo admirado por sus descendientes indígenas, sino que se ha transformado en símbolo de valentía e indomable espíritu de lucha para toda la nación chilena. Es muy poco lo que se conoce de su juventud, tan solo que fue hijo del cacique Curiñancu y de que es capturado en una incursión de exploración por los españoles a la edad de quince años. Fue durante ese período caballerizo del mismo Pedro de Valdivia (Conquistador de Chile) y conocido por el nombre de Alonso. Posteriormente escapó. Y así fue como el contenido guerrero que los mapuches dieron a su resistencia, no obstante llevarlo en su sangre como producto de la herencia de muchas generaciones, tomó forma a través del genio de un muchacho. No está claro como un hombre tan joven logró liderar a los mapuches, pero los historiadores suponen que su permanencia entre los españoles le dio un conocimiento profundo de sus fortalezas y debilidades. Lo anterior, conjuntamente con un plan ingenioso de batalla planteado y aprobado ante los toquis y guerreros, le dieron un liderazgo puesto a prueba en la batalla de Tucapel. Su plan era simple: aislar a las dotaciones pequeñas de españoles sin distraer fuerzas mediante ardides, cortar la retirada de Valdivia colocando obstáculos en su retaguardia y atacar por oleadas con la finalidad de cansar al adversario sin darle respiro. Con esta táctica enfrentó a Valdivia en Tucapel y lo venció el 25 de Diciembre de 1553. No se sabe cómo se desarrolló la batalla ya que ningún español sobrevivió, pero cuenta la leyenda que el propio Lautaro mató a Valdivia de un mazazo en la cabeza. Luego de la batalla, la ciudad de Concepción se vio rodeada y sin poder sus habitantes permanecer allí a la defensiva. Francisco de Villagra (Lugarteniente y sucesor de Valdivia) decidió pasar a una ofensiva desesperada y enfrentó a Lautaro en la batalla de Marigueñu el 26 de Febrero de 1554. Villagra es derrotado (aunque sobrevive) y como consecuencia vino el despoblamiento de Concepción y las principales ciudades fundadas por Valdivia en el sur de Chile. Posteriormente transcurrieron dos años con incursiones menores tanto de españoles como de indígenas sin un claro vencedor hasta que Lautaro decide rebasar por primera vez el río Maule en dirección al norte el año 1556. Villagra nuevamente parte a su encuentro y supo (se supone que por traición) de la ubicación del campamento de Lautaro en las laderas de un cerro en Peteroa. El 1 de Abril de 1557 caen los conquistadores sobre el campamento mapuche y se dirigen directo a la tienda de Lautaro. El caudillo se defiende con valentía, pero cae y muere alcanzado por lanzas de españoles y yanaconas. La figura de Lautaro es como un brillante y fugaz cometa en la lucha de su pueblo contra la conquista. A los dieciocho años pasó de humilde caballerizo a generalísimo de los ejércitos mapuches y murió a los veintidós. Fue otro genio militar que no consiguió su objetivo principal, así como tantos han existido en la historia. Sin embargo, fue en el proceso de Independencia que los mismos nietos de españoles lo transfiguraron en un símbolo de amor a la nueva patria. Fue emblema del patriotismo y de la voluntad guerrera propia del pueblo chileno, mezcla de conquistador y madre aborigen. Saludos.
martes, 29 de agosto de 2017
La Universidad
Chile vive una ola de movilizaciones sin precedentes y tienen su origen en el sistema de Educación Superior que impera en el país. Hay consenso en el sentido de que la Educación no puede transformarse en un negocio y, por lo tanto, las entidades dedicadas a la enseñanza profesional no deben tener fines de lucro. Vemos cómo distintas casas de estudios se preocupan más de fabricar profesionales (y en las áreas con más demanda) que de hacer una correcta "Universidad". Cada Marzo gastan millones en publicidad y van a la "caza" de estudiantes o "clientes" considerando a la Educación un bien más de consumo. La clase media se endeuda de por vida para que sus hijos (primera generación en la Universidad) tengan acceso a un título profesional que les garantice mejor futuro. Es un sistema en el que es imposible hacer "Universidad" y para entender este concepto debemos volver a los orígenes: Etimológicamente, la palabra proviene del latín "Universitas" y significa "todo", "entero" o "universal". Se entendió ya desde aquella época que para existir una "Universidad" se deben dar los siguientes requisitos: 1.- Sentido Corporativo: En Roma se le denominaba "Collegium" o Corporación a todas aquellas agrupaciones dedicadas a una actividad común. Cuándo dichas entidades tenían por objeto el estudio y el saber, se les denominó "Studium" o "Universitas". Conformaban entidades jurídicas independientes, distintas de sus integrantes y capaces de actuar por sí mismas en el mundo del Derecho. 2.- Universalidad: La Universidad fue un concepto expandido por toda Europa y abriò sus puertas tanto a maestros como a estudiantes sin importar su procedencia, lengua o nación. Usaron al latín cómo idioma unificador de la cultura, además, sus títulos refrendatorios de conocimiento reconocidos universalmente. Como consecuencia de lo anterior, aquellos títulos permitieron enseñar en cualquier parte. 3.- Ciencia: El estudio debe abarcar a la totalidad de las ciencias y disciplinas convergentes en la unidad del saber. En este sentido, se le dio en un comienzo una importancia preponderante a las llamadas artes liberales, es decir, oficios que proporcionaban a quienes los ejercían "Libertad". 4.- Autonomía: En dos sentidos. En primer lugar desde una perspectiva académica se debe contar con la objetividad de la ciencia en orden a establecer leyes y métodos. En segundo lugar, y derivado de su función social, requiere de independencia en relación con otras entidades o gobiernos. Para eso necesita un estatuto jurídico especial. Por último, la Universidad no es solo un ente transmisor de conocimientos, sino que también es "Alma Mater", es decir, una entidad generadora de saber y capaz de transformar al hombre por medio del estudio y la ciencia. Es importante no engañarnos a nosotros mismos y brindarle la categoría de "Universidad" a una entidad que no lo es. Si una institución coloca en su puerta un letrero que diga "Universidad", no significa que lo sea. Es siempre útil recurrir a los orígenes para entender el correcto alcance de los términos, conceptos y valores que han hecho de nuestra cultura lo que es. Saludos.
Revolución Francesa
Es difícil
encontrar un acontecimiento histórico de tal relevancia y que afecte nuestra
vida diaria sin que nos demos cuenta, como la Revolución Francesa. Fue este, un
proceso social y político que se desarrolló en el país galo entre 1789 y 1799.
Fue, además, de tal magnitud, que entre sus principales consecuencias
estuvieron el término de la Monarquía Absoluta y la proclamación de la
República. Se eliminaron las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen y
marcó por completo el fin del absolutismo. Dio lugar a un sistema de gobierno
dónde la burguesía, y en algunas ocasiones las masas populares, se convirtieron
en las fuerzas dominantes.No fue solo
una la causa que desencadenó estos hechos. Nos encontramos, más bien, con un
sin número de factores que, juntos, gatillaron un estallido social de proporciones.
No podemos negar que, junto a su importancia filosófica y cultural, la
Revolución Francesa también es sinónimo de violencia y, a menudo, de brutalidad.
En
primer término, un régimen monárquico rígido en un mundo cambiante; luego el
surgimiento de una clase burguesa que cobra relevancia económica y, por último,
el descontento de las clases bajas. A lo anterior, hay que agregar la expansión
de las nuevas ideas liberales que surgieron en la Ilustración, de gran
contenido masónico y fundamentadas en el racionalismo.
a)
Desde
el punto de Vista Social:
El auge de la burguesía
cómo causa. Un poder económico cada vez más relevante y fundamental en la
economía de la época. Odio contra un absolutismo heredero del sistema feudal
por parte de la clase burguesa emergente y de las clases populares.
b) Desde el punto de Vista Político:
Un estado anclado en un
sistema absolutista que no responde a las exigencias de una realidad cambiante.
Se rechaza la separación de poderes del Estado y esto trae como consecuencia el
estancamiento de la sociedad.
c) Desde el punto de Vista Ideológico:
La expansión de nuevas
ideas producto de la Ilustración. Los conceptos de libertad política,
fraternidad e igualdad son expuestos por filósofos tales como Mostequieu,
Voltaire y Rousseau. A su vez, estos encuentran eco en la sociedad francesa y
todo ello rompe el prestigio de las instituciones del Antiguo Régimen.
d) Desde el punto de Vista
Económico:
Una inmanejable deuda del
Estado producto de numerosas guerras externas (entre ellas la Independencia de
los EE. UU). Lo anterior, exacerbado por un sistema de extrema desigualdad
dónde los estamentos privilegiados (nobleza y clero) no están obligados a pagar
altos impuestos que oprimían al resto de la sociedad.
En síntesis, las causas
de la Revolución fueron un conjunto de factores políticos, económicos y
sociales que podemos resumir del siguiente modo: a) Una estructura tradicional
arcaica y minada por la evolución de la economía. Además, nos encontramos con
el auge de la burguesía. b) Exigencias de cambios políticos acordes con las
renovadoras teorías del liberalismo propuestas por filósofos ilustrados. c)
Descontento del estado llano o Tercer Estado, cada vez más presionado y
oprimido por los impuestos. d) Un desajuste entre las necesidades sociales,
políticas y económicas de una Francia anquilosada y exprimida por sus
gobernantes. La Revolución comenzó con el llamado del
rey (Luis XVI) a los Estados Generales. Se reunieron en Versalles el 5 de abril de 1789. Los Estados Generales
consistían en una asamblea integrada por 1200 diputados (300 del clero, 300 de
la nobleza y 600 del Tercer Estado). La
crisis económica obligó al soberano a reunirlos y a adoptar medidas para
superarla. El Tercer Estado aprovechó la asamblea para formular
peticiones favorables al pueblo. El rey y la nobleza se negaron a tales
reformas, es decir, al derecho a voto por cabeza pues les era favorable debido
a su mayoría. El Estado Llano se rebeló y fundó la Asamblea Nacional el 17 de
junio de 1789 en la sala de pelotas. Los diputados juraron no separarse hasta
dar una Constitución a Francia. Al rey no le quedó más que ceder ante la
Asamblea Nacional e invitó a que sesionen las tres clases sociales. Así surge
la Asamblea Constituyente. La Monarquía absoluta llegó a su fin y el pueblo de
París tomó la Bastilla el 14 de julio
de 1789, símbolo del despotismo. Luego de la toma de La
Bastilla, el sentido revolucionario se propagó por toda Francia. Los campesinos
se armaron e invadieron los castillos, destruyeron documentos que acreditaban
derechos señoriales. La Asamblea Constituyente decidió poner término al caos y
sesionó el 4 de agosto de 1789. La Asamblea votó por la supresión de los
derechos feudales y la eliminación completa del régimen señorial. Se decretó la
igualdad ante los impuestos, la admisión de todos los ciudadanos a cualquier
empleo y el establecimiento de una justicia gratuita e igualitaria para todos. El
Antiguo Régimen, con su sistema de oprobio y explotación, llegó a su fin. En la
misma sesión del 4 de agosto, se acordó sentar los principios que habrían de
servir como preámbulo a la nueva Constitución; lo anterior se conoce como la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Estos fueron aprobados
en Asamblea General el día 26 del mismo mes. Dentro del legado que ha dejado la Revolución Francesa, ninguno adquiere
mayor dimensión universal que este valioso documento de 17 artículos y que
consagran: a) Los derechos naturales del hombre a la libertad, igualdad y a la
propiedad, son inherentes (nacen con el ser humano) e imprescriptibles
(perduran a través del tiempo); b) Se
planteó una nueva concepción del Estado, estableciéndose el principio de que la soberanía reside en la nación.
c) La igualdad ante la ley, que debe ser la
misma para todos, tanto para proteger como para castigar. d) La inviolabilidad del individuo, el cual
no puede ser acusado y detenido, sino en casos determinados por la ley y según
las formas prescritas en ellas. Aun hoy
sus efectos se dejan sentir a más de dos siglos de su redacción. Muchos son los
países en cuyas Constituciones se consignan los principios emanados de la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Al
termino de sus labores, la Asamblea Constituyente convocó a elecciones a fin de
nominarse los representantes que habrían de integrar la Asamblea Legislativa.
Salieron elegidos 745 diputados, todos ellos animados por la más pura
ideología, pensamiento y espíritu sincero de trabajar por una Francia acorde
con los "principios inherentes a todo ser humano". La labor fundamental de la Asamblea Legislativa fue la de dar leyes y
normas jurídicas para gobernar mejor el país. Inició sus trabajos el 1 de
octubre de 1792 y pronto pudo apreciarse dos bandos: a) Los Constituyentes o
Fuldenses, quienes sostenían la
aplicación estricta de la constitución y mantenimiento integral de los poderes
del rey y b)
Los Jacobinos, integrados por la mayor
parte de los diputados de la región de la Gironda. Se inclinaban por el establecimiento
del gobierno republicano y la reducción de los poderes y atribuciones del rey.
Luis XVI huyó al extranjero, pero es descubierto
en Varennes y encerrado en la Tullerías. Vino la
etapa republicana. El 10 de agosto de 1792, las
masas asaltaron el Palacio
de las Tullerías y la Asamblea Legislativa suspendió las funciones
constitucionales del rey. La Asamblea convocó a elecciones con el objetivo de
configurar, por sufragio universal, un nuevo parlamento que recibió el nombre
de Convención. Aumenta la tensión política y social en Francia, así como la
amenaza militar de otras potencias europeas. El nuevo parlamento abolió
la monarquía y
proclama la República. Luis
XVI fue visto como conspirador con los enemigos de
Francia. La Convención lo condena el 17 de enero de 1793 y es
ejecutado el 21. La reina María
Antonieta, nacida en Austria y
hermana del Emperador, fue ejecutada el 16 de octubre del
mismo año, iniciándose así una revolución en Austria para sustituir a la reina. El mismo
día en que se reunió la Convención (20 de septiembre de 1792), tropas francesas formadas por tenderos,
artesanos y campesinos derrotaron a un ejército prusiano en Valmy y se iniciaron las Guerras
Revolucionarias Francesas. Sin embargo, la situación económica empeoró y comenzaron revueltas
internas. Los llamados sans-culottes (literalmente sin
calzones, una expresión para referirse a las clases bajas) expresaron su descontento ya que
algunas medidas liberales les causaba perjuicio (libertad de precios, libertad
de contratación, Ley Le Chapelier, etc.). Comenzaron a gestarse luchas
antirrevolucionarias en diversas regiones de Francia. En la Vandea, se produce un levantamiento de campesinos a favor del rey y las
tradiciones católicas. Es reprimida cruentamente y se ha llegado a calificar
de genocidio. Por otra parte, la guerra exterior amenazaba con destruir la Revolución
y la República. Lo anterior dio origen a un golpe de estado instigado los jacobinos. Llevaron a la práctica algunas de las reivindicaciones de los sans-culottes,
pero jamás se cuestionó la propiedad privada. No pusieron en duda el orden liberal, aunque sí llevaron a cabo la democratización del mismo. Se redactó en 1793 una nueva Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
y una nueva constitución de tipo democrático que reconocía el sufragio
universal. El
Comité de Salvación Pública (Poder Ejecutivo durante este período de la
Revolución) cayó bajo el mando de Maximiliano
Robespierre y
se desató lo que se denominó el Reinado
del Terror (1793-1794). No menos de diez mil personas fueron guillotinadas ante acusaciones de actividades
contrarrevolucionarias. La menor sospecha podía hacer caer sobre una persona
acusaciones que eventualmente la llevarían a la guillotina. El cálculo de víctimas
varía, pero pudieron ser hasta cuarenta mil. En 1794, Robespierre ejecutó a ultra radicales
y a jacobinos moderados. Su popularidad comenzó a erosionarse y el 27 de julio de 1794 ocurrió otra revuelta apoyada por moderados que veían
peligroso el trayecto de la Revolución. El pueblo se rebela contra la condición
burguesa de Robespierre y los miembros de la Convención lograron derrocarlo y ejecutarlo
junto a otros líderes del Comité de Salvación Pública. La Convención
aprobó una nueva Constitución el 17 de agosto de 1795 y ratificada el 26
de septiembre por plebiscito. Esta es la Constitución
del Año III que confirió
el poder ejecutivo a un cuerpo colegiado llamado Directorio y que fue formado por cinco miembros o
directores. El poder legislativo sería ejercido por una asamblea bicameral,
compuesta por el Consejo de Ancianos (250 miembros) y el Consejo de los
Quinientos. Se suprimió el sufragio
universal masculino y se
restableció el sufragio
censitario al mismo
tiempo que encontró oposición en grupos monárquicos y jacobinos. Hubo diferentes revueltas que fueron reprimidas por el ejército, lo
cual instó para que el general Napoleón
Bonaparte diera el
9 de noviembre de 1799 un golpe de estado (18 de Brumario) e instaló el Consulado. Así se pone fin a
la Revolución Francesa propiamente tal y comienza la era Napoleónica. Valores
revolucionarios: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Los
principios de Libertad, Igualdad y Fraternidad son el legado de la Revolución
Francesa y adquieren el carácter de universales a partir de entonces. Es desde
este episodio que pasan a formar parte de los cimientos de toda constitución
que se llame a sí misma “democrática”. Las relaciones entre el individuo y el
Estado no se conciben sin un respeto irrestricto a estos principios. Además, los
más importantes documentos que regulan el quehacer mundial, recogen la
observancia y cumplimiento de ellos. Es así como la Declaración Universal de
Derechos Humanos señala: “Considerando que la libertad, la justicia y la paz
tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos
inalienables de todos los miembros de la familia humana: sustenta en su
artículo primero que: TODOS LOS HOMBRES NACEN LIBRES E IGUALES EN DIGNIDAD Y
DERECHOS, Y DOTADOS COMO ESTÁN DE RAZÓN Y CONCIENCIA, DEBEN COMPORTARSE
FRATERNALMENTE LOS UNOS CON LOS OTROS”.
-
Libertad:
La
Libertad es un derecho inherente a la naturaleza humana y concede al hombre la
facultad de obrar según su conciencia. Por lo tanto, los individuos son dueños
y, al mismo tiempo, responsables de sus actos. Se nos concede por naturaleza y
tiene a la justicia por regla. Está tutelada por ley y, desde un punto de vista
moral, sus límites están contenidos en la máxima: “No hagas a otros lo que no
quieres que te hagan a ti”. La Libertad en el hombre significa la grandeza de
sus aspiraciones, el impulso noble de sus deseos y la pureza de sus
sentimientos. La Libertad, en definitiva, es la dignidad del hombre. Aun así,
gran parte de los seres humanos que hoy habitan el planeta carecen de ella, ya
sea por vivir bajo el yugo de un régimen dictatorial o porque las diferencias
sociales y económicas conculcan su dignidad. No puede ser libre un hombre que
ni siquiera logra entregar un mínimo sustento a su familia. Observamos que
existe una gran libertad política que, para muchos, no va acompañada de una
dignidad mínima que la Libertad debiera garantizar. Una real Libertad consiste
en la posibilidad de adquirir herramientas que nos permita construir nuestro
destino.
-
Igualdad:
En
términos simples, la Igualdad es la ausencia de privilegios, castas o clases
sociales entre los hombres. Nos coloca a todos en una misma categoría. Los
hombres deben ser iguales ante la Ley y debe existir igualdad de oportunidades
para nuestro desarrollo físico e intelectual. En teoría
parece un concepto simple; sin embargo, en la práctica (y sobre todo tratándose
del ser humano) su aplicación ha dado lugar a conflictos, dictaduras y
genocidios. La sociedad se encarga de generar desigualdad entre el que manda y
el que obedece, entre el que produce y el que consume, entre el que cobra y el
que paga. Somos viajeros en busca de un mismo destino, pero elegimos distintos
caminos. No obstante, existe una evolución histórica positiva en cuanto a lo
relativo a la Igualdad ante la Ley. No habría posibilidad alguna de desarrollo
para una sociedad moderna sin esta. Debemos trabajar, eso sí, en la Igualdad de
oportunidades. En el acceso igualitario a la salud, educación y trabajo,
conceptos que hoy van ligados, por desgracia, a la capacidad económica de los
individuos. Los hombres son iguales en derechos y oportunidades, otra cosa son
los méritos, sabiduría, talento y virtud que forman parte de la igualdad dentro
de la diversidad.
-
Fraternidad:
La raza
humana es una sola. Las diferencias de inteligencia, talento, conocimiento y
belleza son despreciables en comparación con la identidad de la esencia humana,
común a todos los hombres. Es un sentimiento que nos despoja de odios y
envidias, nos hace generosos y tolerantes, practicamos la caridad y hacemos el
bien con desprendimiento. Practicarla significa uno de los mayores desafíos
para los hombres, pues nuestra naturaleza es egoísta y tendemos a ignorar los
derechos de los demás. Nos agredimos unos a otros como medio de solución de
conflicto. Creamos grupos de poder político, económico o religioso para
conseguir beneficios individuales. Vivimos en permanente competencia, tomamos
decisiones con frialdad en lo económico y sustentadas, generalmente, en el
retorno a corto plazo. Si
observamos con detenimiento, los hombres que practican la Fraternidad llegan a
un estado de satisfacción personal, paz interior y firmeza de carácter.
Adquieren una fe inquebrantable en sus principios que nos invita a acercarnos a
ella.
Influencia
de la Revolución Francesa en Chile:
Según
prestigiosos historiadores como Amunátegui y Encina, la gesta emancipadora de
América y, por ende, la de Chile, tuvo causas diferentes al estallido social
ocurrido en Francia. Antipatías entre criollos y peninsulares, amor de los
criollos a su suelo natal, la independencia de los EE. UU y la discriminación
en materias comerciales fueron factores que, en definitiva, gatillaron el
proceso. Las ideas revolucionarias tuvieron escasa
influencia en Chile ya sea por aislamiento o prohibición de su difusión, bajo
fuertes sanciones, impuestas por autoridades españolas. Solo algunos criollos
leían a principios del siglo XIX a los filósofos de la Ilustración. Entre ellos
podemos mencionar a Manuel de Salas, Juan Egaña, Juan Martínez de Rozas, José
Miguel Infante, Camilo Henríquez y también a Bernardo O´Higgins. La
influencia revolucionaria se hizo sentir después de 1810, sus postulados fueron
penetrando lentamente y adquirieron fuerza durante el período de La
Reconquista. Dicha influencia se refleja ya en la República en la dictación de
leyes acordes a estos principios y en las sucesivas constituciones que hacen
suyas las ideas del liberalismo. El republicanismo en lo político y los
Derechos del Hombre y del Ciudadano en los social son la más clara evidencia de
la influencia que ejerció la Revolución Francesa en nuestro proceso
emancipador. Ideas
como la descalificación del sistema monárquico y la adopción de la forma
republicana. La elaboración de constituciones escritas, la libertad asociada al
autogobierno y la no dependencia de autoridades lejanas. La separación de
poderes, la codificación de leyes y la aplicación de una sola justicia para
todos los ciudadanos. También podemos mencionar a la abolición de la
esclavitud, la supresión de los mayorazgos y títulos de nobleza. En fin, si
escarbamos más, encontraremos innumerables ejemplos de lo que fue, es y será la
influencia de la Revolución Francesa en América y en Chile.
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